Clinica Veterinaria Floridablanca Avenida Juan Antonio Perea, 11, 30002 Murcia

"Fui a ellos por casualidad. Mi veterinario de siempre está en obras. Me sorprendieron muchísimo tanto la peluquera con mi gata cortándole las uñas (En el otro lado la tienen que coger entre dos para inmovilizarla. Aquí ella sola se lo hizo en 2 minutos y Bimba sin rechistar) que con Carlos (mi otro gato es propenso a tener problemas con sus glándulas anales. En el otro lado cuando lo lleve y se las curaron, le hicieron un daño impresionante. Mi gato suele ser muy manso y deja que le hagan cualquier cosa, además que querer siempre estar en mis brazos o pegado a mi. Pues lo tuve más de una semana sin poder acercarme a el. Hoy lo he llevado para lo mismo. Impresionante! Carlos le ha curado, pinchado..... obviamente el animal estaba molesto, no les gusta que le toque esa parte del cuerpo. Pero vaya diferencia!! ) Han sido todos muy agradables conmigo y cariñosos con mis dos mimosos. Y eso, los que tienen mascotas en casa me darán la razón, vale más que todo. Os habéis ganado dos nuevos clientes."

"Muy profesionales, transmiten paz cuando hay momentos complicados y tratan a las mascotas con mucho cuidado y cariño."

"Llevo allí a mis mascotas y es el mejor trato que le pueden dar, explican muy bien las cosas tanto analíticas como diagnostico por imagen. Siempre de buen humor y dan varias opciones cuando un animal esta enfermo. La pasión por ayudar a los animales en este lugar se demuestra!! Lo recomiendo totalmente."

"Grandes profesionales. Nos gusta mucho el trato."

"Os voy a contar la historia de cómo mi gato sigue vivo gracias a Carlos. Yo tenía dos gatos, Goku y Pit. Ambos, hermanos de la misma camada. Los dos tienen la desgracia de padecer una enfermedad cardíaca de la misma naturaleza que es altamente mortal en gatos. Cardiomiopatía felina. Buscad bien sus síntomas en Google y estad muy atentos a vuestro gato para actuar con rapidez. Cada segundo que ganéis puede ser la diferencia entre la vida y la muerte. El primero de ellos, Goku, pobrecillo, no tuvo tanta suerte: nosotros, como dueños, desconocíamos sus síntomas y cómo muestra el gato que la está padeciendo. Para cuando fuimos a la clínica ya era tarde y, por desgracia, no hubo margen de maniobra alguno. Carlos se mostró muy cercano en todo momento, hablando con una franqueza muy profesional y expresando siempre cuál es la situación actual. Cuando el diagnóstico más probable se hizo realidad, él mismo se encargó de llamarme y de comunicarme lo que había sucedido, respondiendo cada una de mis dudas y mostrándose muy cercano. De la mañana a la noche del mismo día sucedió lo peor sin que sospechásemos siquiera qué estaba sucediendo. Dos meses después, su hermano comenzó a mostrar los mismos síntomas. Para mí comenzó una pesadilla horrible. Poneos en mi piel: no hacía ni dos meses que la misma enfermedad nos había arrebatado a su hermano. Esta vez fuimos mucho más rápidos y eso mejoró el diagnóstico. No fue fácil, y fueron 3 semanas de una lucha enorme, con muchos altibajos emocionales y dudas sobre si estás ayudándolo o solo te estás negando a aceptar lo inevitable, pero Pit quería vivir. Y nosotros que él viviera. Carlos se implicó como nadie. Fue en fechas navideñas, que son fatales por las veces que cierra la clínica (y totalmente natural). Sin perder su profesionalidad y su tacto al hablarte de la situación, se implicó incluso más allá y me llamaba fuera de su horario laboral para saber cómo estaba Pit y su evolución. Finalmente la lucha mereció la pena y mi compañero sigue conmigo. No sabemos durante cuánto tiempo, eso es cierto, pero cada momento extra que nos ha regalado tiene el máximo valor y le estaré muy agradecido siempre. No podría recomendar a nadie más de lo que lo recomiendo a él. Gracias una vez más, Carlos."