De Camino Albergue Rúa Lugo, 118, 15810 Arzúa, A Coruña

"Un trato genial. Instalaciones muy limpias y bien cuidadas. El hombre que lo regenta, todo un encanto, nos ayudó muchísimo. Las duchas son geniales. Recomendable para el descanso del peregrino."

"El peor albergue para alojarse. El hombre que trabaja es maleducado y amenaza e insulta a los peregrinos. Y para culminar cierra el albergue con su cancela, sin posibilidad de salir para quien se encuentra adentro. Cerrada hasta la puerta de emergencia. Llamamos a número de emergencia varias veces y no contestó nadie. Algún día pasará una desgracia ya que parece aquello una cárcel. No repetiría nunca."

"El señor que regenta aquello debe de irse por el bien del camino y de los peregrinos. No se lo aconsejo a nadie. Malas formas, malas caras, malas contestaciones…nosotros llegamos poco pasadas las 23:00 y nos dejó durmiendo en la calle con todas nuestras pertenencias dentro. Echa la persiana y se va a su casa. Algún dia, muy a nuestro pesar, pasará alguna desgracia por culpa de este señor."

"El señor se dedico a insultarnos tada la noche. A partir de las 11 de la noche no nos dejó salir al baño y nos dijo que el que saliera no entraba. Cerró la puerta y nos dejó encarcelados. Por la mañana nos abrió la puerta mientras nos cambiábamos y nos dijo que nos fuésemos ya cuando el albergue te permite estar allí hasta las 9 y eran las 7. A un amigo le dijo que le iba a pegar por decirle que no tenía derecho a entrar a la habitación ( siendo este menor). En resumen, no lo recomiendo, es mejor dormir en el prado que en esa basura con un amargado por dueño"

"Llamé por teléfono e hice una reserva para asegurarme alojamiento en Arzúa. Posteriormente llamé a un albergue donde cogí otra reserva, así que volví a llamar y cancelar la reserva. Ante esto, me contestó: "¿Eres el que me ha llamado antes? Reserva cancelada." Hasta aquí todo bien. Hoy me llama sobre las 4 y me dice que tengo una reserva a mi nombre. Le digo que la cancelé y me contesta: "¿Pero cómo la vas a cancelar si llamaste por teléfono?". Le dije que había llamado por teléfono, intento explicarle la situación por si eso ayuda a recordar lo que pasó y me cuelga sin querer escucharme. Después de trabajar muchos años de cara al público, que me libren de decir que "el cliente siempre tiene la razón", pero al cliente hay que saber escucharlo."