Albergue Casa de Abreu Rúa Isidoro Queimaliños, 33, 36800 Redondela, Pontevedra

"Rosa, la propietaria es una persona obcecada, maleducada y egoísta. Va en contra del espíritu del camino de santiago y no es de mi agrado escribir esta reseña, pero si ayuda a que alguien se ahorre pasar un mal trago sentiré que ha merecido la pena. Os cuento nuestra experiencia.. Al llegar a redondela empezamos a buscar alojamiento sobre la marcha y llegamos a la calle donde está el alojamiento, que queda cercano a otro, la propietaria nos escucha hablar y sale a la puerta a ofrecernos hospedaje, nos pide 60€ por una habitación para 3, no nos parece mal precio y cuando le decimos que vamos a valorar otras opciones la señora muy amigablemente nos dice que es normal, que la pela es la pela, a raiz de la expresión que usó ( catalana), uno de mis compañeros que era muy extrovertido (catalán) se puso a charlar largo y tendido con la señora, y como era muy amigable decidimos entrar. Íbamos con bicicletas y nos dejó meterlas sin problema, nos enseño la habitación, todo correcto y limpio. Hasta ahí la experiencia genial, nos dejó la llave de la puerta por si salíamos a cenar o volvíamos algo más tarde que no tuviésemos problema. Con el plan en mente de ir a un super antes de que cerrasen, soltamos las cosas nos duchamos y dejamos la ropa aireando, al bajar al descansillo uno de mis compañeros cuando guardaba en el frigorífico los bidones de agua para que mañana estuviesen fresquitos, fue a dejarlos en la parte de la puerta que tiene unos cajones que van enganchados.. el cajón tenía uno de los dos puntos de apoyo roto, y al ponerle el peso del bidón (0.5L) se venció y una tetera de cristal que había se partió, intentamos localizar a rosa para comunicárselo, pero en vista de que no estaba, recogimos los cristales y limpiamos en la medida de lo posible el suelo, (localizamos la fregona y el cubo pero no el fregasuelos), había un huésped que estaba cenando al que le pedimos que si veía a rosa se lo dijera y nos fuimos corriendo al super antes de que cerraran. Compramos las 3-4 cosas para cenar rápido y mañana desayunar (el desayuno no estaba incluido, eran 5€ más por huésped) y volvimos al alojamiento. Al llegar encontramos a Rosa pasando la fregona y soltando perlas a cada cual más desagradable que la anterior. En un primer momento entendimos su enfado porque la situación no es del agrado de nadie, pero a medida que Rosa iba hablando nuestras caras pasaron de la vergüenza ala sorpresa para acabar un poco mosqueados porque lo más agradable que soltó es que éramos unos sinvergüenzas y que le teníamos que pagar un frigorífico nuevo.. uno de mis compañeros, por suerte el más tranquilo, intento explicarle que se le había caído el café al poner el bidón y que habíamos intentado avisarla y dejar las cosas limpias pero sin fregasuelos era imposible que quedase perfecto.. la señora no atendió a razones y nosotros teníamos claro que no íbamos a pelear así que subimos a la habitación a descansar. A la mañana siguiente, nos levantamos sobre las 8, y solo quedábamos los peregrinos que íbamos en bici, nosotros 3 y un señor brasileño muy simpático y enrollado, sacamos del frigorífico nuestras frutas y batidos y desayunamos tranquilamente, en la mesa había embutidos y demás que imaginamos que era el desayuno de buffet para los que habían pagado esa modalidad. Cuando terminamos nuestro desayuno entra rosa al grito de pero que poca vergüenza tenéis sois unos jetas, resulta que había interpretado que nos habíamos comido el desayuno del buffet y la verdad que vista su reacción me arrepentí de que no fuese el caso, empezó a echarnos del alojamiento de malas formas y a acusarnos de haber comido lo que no es nuestro, yo, tenía la conciencia tranquila y pensaba para mis adentros que estaba viviendo la experiencia Dr Jekyll y Mr. Hide, sacamos las bicis fuera y mi compi, el más tranquilo, no quiso marcharse sin decirle a Rosa que las cosas se pueden gestionar de muchas maneras y que lamentamos mucho que ella escogiese siempre la peor posible."

"Menudo descubrimiento! Súper limpio, acogedor y lo mejor de todo es que los perretes son muy bien bienvenidos!! Rosa es una persona increíble. Nos hizo sentir como en casa a mi peluda y a mi, y eso no tiene precio. Se preocupa por todo y te recomienda sitios donde pasar el día con ellos y comer. Sin duda si vuelvo a hacer el camino portugués la llamaré porque no he tenido mejor acogida nunca, y eso que lo he hecho dos veces. Un auténtico placer :)"

"Es un alojamiento perfecto para vivir al 100% la experiencia del camino junto a tus perretes!! Es increíble la cantidad de esfuerzo, energía, motivación y fuerza que Rosa pone todos los días en cuidar el albergue y a sus peregrinos. Una experiencia única y un honor haber llegado a parar aquí! Sin duda un lugar lleno de luz y bueeen rollo al que volveremos!"

"Respecto al alojamiento es una casa antigua. Las camas y sábanas limpias, aunque una de las literas era muy antigua y el que dormía arriba se movía muchísimo. Nosotros cogimos el albergue entero porque no había más alojamientos que admitieran perros y era la única opción que teníamos, así que se nos permitió alquilarlo entero. Nos descuadraron varias actuaciones de la propietaria que no considerábamos "normales" aunque fue en todo momento muy hospitalaria y amable. La ubicación para el camino es muy buena porque se encuentra en el paso del camino."

"La experiencia no ha sido nada agradable, la casa huele a humedad, la nevera tiene restos de comida de huéspedes anteriores, el cubo de la basura estaba lleno. Nos dijeron que incluía desayuno, al llegar se "había olvidado" de comprar desayuno y la cafetera estaba llena de café del día anterior a nuestra llegada. Hicimos aquí la reserva porque admitían perros y nos dió un precio cerrado, cuando llegamos nos dijo que cada perra tenía un coste adicional de 8 euros. Las camas son cómodas y las sábanas están limpias."