Circo Romano de Mérida Avenida de Juan Carlos I, s/n, 06800 Mérida, Badajoz

El Circo Romano de Mérida es uno de los circos mejor conservados del Imperio y uno de los más grandiosos. Con sus dimensiones imponentes de cuatrocientos tres metros de largo por noventa y seis y medio de ancho, y una capacidad para hasta treinta mil espectadores, este monumento es una muestra impresionante del esplendor del entretenimiento en la antigua Roma. Construido en la época de la dinastía Julio-Claudia, el circo experimentó varias ampliaciones y restauraciones, siendo la última constatada del siglo IV d.C., lo que demuestra su popularidad duradera entre los habitantes de la ciudad y sus alrededores.

Ubicado fuera de las murallas de la ciudad, junto a la calzada a Toledo y Córdoba, el circo aprovecha la suave pendiente del cerro de San Albín antes de llegar a las orillas del Albarregas. Su planta rectangular con un extremo en semicírculo albergaba la puerta por la que salían los aurigas vencedores, mientras que en el extremo opuesto se encontraban las jaulas de salida de los carros. Los lados longitudinales estaban ocupados por las gradas, separadas de la arena por un podio, con la tribuna del patrocinador y los jueces ubicados estratégicamente para disfrutar del espectáculo.

La arena estaba recorrida por un muro sobreelevado, la spina, que originalmente estuvo decorada con obeliscos y estatuas colosales. Este monumento es un testimonio fascinante de la importancia del entretenimiento y la cultura en la antigua Mérida, y su visita es una oportunidad única para sumergirse en la grandeza del Imperio Romano. El Circo Romano de Mérida es uno de los tesoros históricos más impresionantes de España, y su majestuosidad continúa asombrando a los visitantes hasta el día de hoy.