Restaurante El viejo verano Calle Jacinta García Hernández, 21, 06011 Badajoz

"Una copa (pequeña) y una sin 5.20 !!! Carísimo para lo que es. Se aprovechan de que está pegando a un parque infantil. Ademas no se acepta pago con tarjeta. La actitud del camarero también mejorable. No vuelvo."

"5,20 por una copa pequeña de cerveza y una tostada 0,0?? Un poco caro! Mal servicio! Camarero tirado en un silla en la puerta! Fumando! Mala presencia! No me vuelvo a sentar en la vida!"

"Pides la cuenta y no sacan el tiquet con el precio, 2 cervezas y 1 vino blanco 8,4 euros, cuanto vale cada consumición?, La el tiquet no hay que pedirlo hay que entregarlo, es cuestión de transparencia, dignidad y de cumplir la ley no????"

"La experiencia pésima. Mal servicio. Cuando llegamos tardaron mucho en limpiar la mesa y en tomarnos nota. Una vez que nos tomaron nota, tardaron más de una hora en servirnos. Después de reclamar varias veces, nos sirvieron un solo plato, que además estaba frío. Media hora después de que nos sirvieran ese, y habiendo servido todos los platos a la mesa de al lado que llegó después, preguntamos por nuestros platos restantes, nos dijeron que aún no estaban. Después de esto decidimos pedir la cuenta, cansados de esperar casi 2 horas. Cuando decidimos pedir la cuenta de lo consumido y anular el resto de la comanda, no nos dieron ningún tipo de explicación por la tardanza, ni siquiera nos dieron una disculpa. Para finalizar, aunque aclaran que no se puede pagar con tarjeta, a la hora de pagar no tenían cambio suficiente."

"Experiencia súper desagradable. Fuimos dos personas con la idea de tomar algo en su terraza y después comer algo. Desde el primer momento el pasotismo de los camareros es palpable, teniendo que estar detrás de ellos para que te atiendan, se pasan las comandas entre ellos y terminan trayendo otras cosas que no has pedido. Cero simpatía con el cliente, no dan ni los buenos días y al traer los productos a la mesa dando golpes creando una situación muy incómoda. Obviamente al ver la situación nos olvidamos de comer allí y decidimos pedir la cuenta cuanto antes. Al pagar los dos refrescos que habíamos pedido la cuenta no cuadraba: nos estaban colando un tercio que nadie había pedido y que obviamente no nos habíamos tomado. Al intentar solucionar el error, nos encontramos con la chulería y prepotencia en máximo esplendor del camarero e intentándonos dejar de mentirosos. Intentamos pedir hablar con un superior ya que con él era imposible y nos dijo que lo solucionaba él, que su novia era la encargada. Desde luego no volvemos a repetir."