Escuela Suiza de Barcelona Carrer d'Alfons XII, 95, Sarrià-Sant Gervasi, 08006 Barcelona

"El edificio es espectacular, con muy buena iluminacion… desde 1919 hasta ahora un escuela referente en Barcelona"

"Mi hijo entró en esta escuela con el señuelo de los idiomas. Dirección y profesorado convencidos de su supuesta superioridad que ejercen sin piedad sobre otros profesores no suizos y sobre todo sobre los alumnos. Diálogo inútil, puesto que para ellos nada puede mejorar. La soberbia a veces es mala educación. Es conveniente saber que el alemán que imparten es el hablado en Suiza , del que se sale con buen nivel. Y que el inglés hay que mejorarlo con otros medios."

"Escuela cara pero vale la pena. Aprenden asiganaturas en alemán desde el principio. Muy buen ambiente. Y encima aprenden español, que en Cataluña, para aprenderlo tienes que ir a un colegio como éste porque público y concertado es todo es catalán."

"Una escuela que trata de inculcar unos valores de tolerancia e integración no puede discriminar el acceso de alumnos de 3 años valorando y juzgando a sus padres (la primera pregunta que te hacen es donde trabajas). Solicitamos varias veces información del proceso de admisión y no nos contestaron nunca."

"Estuve en ese entrañable Colegio desde 1948 hasta 1958 gracias a la amistad de mi padre con el Dr.Caparrós médico de la Escuela y del Hospital de las Colonias Extranjeras de Barcelona donde yo nací, y cuyos hijos,Teresita,Jorge,Mercedes y Quico, también eran alumnos. Guardo un imborrable recuerdo de mi paso por esa excelente Escuela y de sus magníficos profesores.Aunque hoy resido en Extremadura procuro desplazarme a Barcelona cuando se reúnen mis compañeros de curso.Recuerdo con una leve sonrisa algunas travesuras propias de mi temperamento rebelde, como lanzar unas bombas fétidas que causaron el mareo del dentista suizo que nos visitaba anualmente o esparcir polvos de rapé que hicieron estornudar a media clase,o en otra ocasión tirar bolitas con el canuto de un bolígrafo al cogote de los colegas que se sentaban en las primeras filas. En fin hay muchas "hazañas" que podría contar de aquellos tiempos pero la que más repercusión tuvo en mi opinión fué cuando en la clase de literatura dí una charla defendiendo la existencia de los platillos volantes que causó gran revuelo entre profesores y alumnos de toda la Escuela.A los pocos días surcaban el cielo de Barcelona los primeros reactores americanos venidos desde la base de Torrejón de Ardoz que con sus estelas de humo dieron pábulo a toda clase de fantasiosos comentarios. Tengo medio hilvanadas unas memorias autobiográficas en las que no faltará un destacado lugar para la Escuela Suiza de Barcelona."