Karakala Carrer del Torrent de l'Olla, 136, Gràcia, 08012 Barcelona

"Es un local tranquilo de comida libanesa muy buena, con bastantes opciones veganas. Sólo me ha fallado el postre, sólo estaba la opción de fruta. Ya podían veganizar alguno de los postres libaneses, ya q6a los veganos también nos gusta cerrar la comida con algo dulce."

"Me encanta, increíble, qué espectáculo de comida, cada plato mejor que en anterior. Nosotros no hicimos el meze, elegimos carta y nos arrepentimos. Recomendable empezar por una salsa y después via libre. El shawarma es nuestro plato favorito. Los vinos sorprenden."

"Le doy 5 estrellas a todo, comida, servicio y ambiente ya que no le puedo poner una pega a la cena de la que disfrutamos las 14 personas que fuimos. Comida libanesa y siria de calidad, me gustó especialmente el Kabab Káraz estilo Alepo con salsa de cereza, el cuscus de pescado, el Mánsaf (hojaldre con cordero y arroz) Sobre todo, recomiendo el Miks grill (carne a la parrilla) para compartir y el Búrak Jubne rollitos de hojaldre con queso y menta. Un restaurante de 10!"

"He pasado unos días en Barcelona y he visitado varios restaurantes. Sin duda, este es el que más me ha gustado. Queríamos comer de menú, ya que la oferta de comida nos apetecía mucho. Sin embargo el precio cambió por ser las fiestas del barrio en esos días. Aún así, mereció la pena. Primero nos pusieron un aperitivo y de entrantes pedimos Hummus y Baba Ganoush. El primero estaba muy bueno y el segundo, aunque lo habíamos probado con otras elaboraciones, también estaba muy sabroso. Para los segundos, pedimos el shawarma, que también incluía hummus y estaba bastante bueno. Además, como los entrantes, incluía pan de pita a parte, que permitía una mejor cohesión con la mezcla del plato. El sabor de las especias de la carne te traslada a la comida típica del país de origen Mi acompañante pidió el Fuego de Baal. También estaba muy bueno y al ser un estofado, tiene más cosas en común con la comida española. El picante se sirve a parte. No pedimos postre, porque queríamos probar el café libanés. Aunque esperábamos que se asemejara al turco, más espeso, este es más ligero. Se sirve con la jarra típica del país y hay una cantidad para dos o tres tazas. El ambiente del local es muy apropiado, gracias al hilo musical con canciones libanesas (o de alrededores, lo desconozco) y los cuadros, que ayudaban a adentrarte en la experiencia. Muy recomendable."