Restaurante Casa Trampa Plaça de Vallvidrera, 3, Sarrià-Sant Gervasi, 08017 Barcelona

"Restaurante sobrevalorado, atención deja que desear, entramos en el local alrededor de las 14h y nos situamos en la barra para esperar ser atendidos, estuvimos unos minutos esperando sin recibir ni un saludo ni menos una frase parecida a esperen un momento que enseguida lea atenderemos. Observamos al cocinero junto a la barra comiendo, inaudito puesto que durante el servicio regla número uno en la hostelería no se come y menos delante de los comensales. Muy mala imagen. Patatas bravas frías, brandada de bacalao sin gusto parecía una crema de queso. No volveremos"

"Casa de comidas de las de siempre. Muy limpio todo y muy amables. Buena comida y buen precio."

"Experiencia agridulce. No pude evitar, durante el rato que estuvimos en la barra, fijarme en la cocina y el cocinero. La cocina muy sucia, ollas, plancha, mucho desorden.. Pero lo que más me impactó fue el cocinero. Se sacó monedas del bolsillo y después billetes, que contó y toqueteo con ambas manos, acto seguido, dio con una mano la vuelta a una butifarra. Me dejó a cuadros que no se lavara las manos, lo cual hizo que siguiera fijándome en como cocinaba. En ningún momento se lavó las manos, solo se limpiaba con un trapo que tiene y continuamente saca pollo de las ollas con la mano, coloca con los dedos las raciones de arroz de guarnición y toqueteaba mucho toda la comida. El cucharón de los estofados, los cruza de un lado a otro, derramando restos en otras cazuelas, terrible para la contaminación cruzada de alérgenos. Me dió una sensación brutal, de poquísima higiene. Hice de tripas corazón y no dije nada porque estaba de comida familiar. Como positivo, he de decir, que el servicio es muy bueno, amable y atento. La comida está buena y bien de precio. Con un repaso de limpieza de la cocina e intentar cambiar un poco la higiene del cocinero con la comida, seguro que puede llegar a ser un restaurante 5 estrellas. Saludos."

"Opción que nunca falla. Había venido hace muchos años y volví hace poco. Parece que se ha reformado por dentro, pero la esencia sigue siendo la misma. Pedí ensaladilla rusa, guisantes y albóndigas, todo buenísimo!! Quería también pedir una de macarrones, pero no es plan que salga la comida por las orejas. Sin lugar a duda, un sitio al que hay que ir al menos una vez en la vida."