L'Abadia de Castellars

"La Abadía de Castellar de su sitio perdido en el Pirineo, subido encima de una colina con impresionantes vistas en todas direcciones, rodeado de naturaleza y un montón de sitios para recorrer y visitar, recomendado para ciclistas, montañeros, cazadores, buscadores de setas, parejas, etc. las habitaciones son correctas y muy limpias, el restaurante, una maravilla, siempre hay que ir con hambre Tere te pone unos entrantes maravillosos y unos primeros y segundos, platos estupendos, ensaladas, entrecote, rabo de buey, cordero, chuletón, etc. etc., si tienes posibilidad, no dejes de venir, hay que venir sin prisa para disfrutar del entorno. Y hacer algunas excursiones a pie en bicicleta en coche…"

"Callos old school. Desayuno de callos por encargo. Sin duda los mejores callos que hemos comido. Casa de pagés en un entorno rural. Tere nos atendió super amable y servicialmente. Recomendable llamar para reservar."

"Hay que ir con hambre!! Ponen un monton de entrantes, todo hecho casero. El queso tupí muy fino (para ser tupí). Pedimos ternasco, en muchos restaurantes te dicen que el ternasco por encargo y a pesar de estar en la carta te quedas con las ganas. Aquí nos lo hicieron al momento y estaba bueníssimo!! Volveremos, sin duda!! Y el precio es más que razonable"

"Un lugar perdido en el tiempo y en el espacio en un paisaje precioso. Se trata de una antigua abadía reconvertida en hostal para dar cobijo, sobre todo, a ciclistas en ruta que lo tienen como parada favorita. Nosotros fuimos acompañados de familia que conocía muy bien su restaurante casero. La dueña. de trato miuy agradable, nos ofreció la carta escrita a mano. Lo sorprendente, inigualable e inesperado es la cantidad de platos y más platos con los aperitivos más variados que uno pueda imaginar; fiambres, quesos, croquetas, patés, pimientos, etc. Con ellos ya habríamos comido. Los entrantes y platos principales nos supieron también muy ricos, con ese sabor a cocina de hogar que uno creía hace tiempo perdida. Merece la pena acercarse porque uno no va a salir defraudado"

"Muy buenas materias primas y cocina típica y auténtica a más no poder. No esperes una sonrisa de bienvenida, ni un servicio contemporáneo. Ni un comedor correcto. Es lo qie es: cocina de patés muy buena, contundente y sin sofisticaciones. La escudella ESPECTACULAR y el pastel de limón podría ser considerado un arma blanca, esta de muerte! El estofado de rabo de buey es otra bomba de sabor súper intenso. Los aperitivos correctos pero mejores si reservas antes y te los pueden preparar bien. Recomiendo el lugar, con sus pros y contras pero me alegro de haber probado su cocina"