Hotel La Garbinada

"Dos amigos y yo tuvimos una experiencia maravillosa en el Hotel La Garbinadas. Las habitaciones son encantadoras. Tuvimos el placer de conocer al Sr. Benito y a su hijo Beni, quienes nos atendieron de manera fantástica y nos brindaron una hermosa ruta en bicicleta hasta Ciurana. Además, disfrutamos de una deliciosa comida en el restaurante del Sr. Benito en Lleida, conocido popularmente como Cal Benito. Definitivamente, es una experiencia que volvería a repetir. Mis felicitaciones. Un 10."

"Excelente comida en un sitio inmejorable. Esencia de la comida casera. Sitio amplio con mucho sitio para aparcar. Por último,el servicio muy correcto. La mayor sorpresa es encontrar en ese ambiente, música de rumba pura catalana en directo,creo que Peret ronda cada noche,a mas a mas de las fotos . Muy agradable todo la jornada."

"Estuve hace tiempo pasando un fin de semana con unos amigos y la experiencia fue única, algo muy serio y formal respetuoso en toda regla referente a los trabajadores del hotel aunque después de cenar hicieron espectáculo de rumba catalana y en poco más de media hora de música, la sala restaurante se tornó en un ambiente super familiar y todos incluido el que parecía ser el propietario del hotel nos atrevimos a bailar al son de la rumba. Fue una experiencia genial."

"Qué decepción! Nos fiamos de las fotos publicadas y bueno. Menudo chasco. Además de estar en medio de la nada, un paraje nada especial, lleno de bolsas de plástico amarillas... el edificio por fuera parecía bonito, pero pura fachada. Dentro poco iluminado y poco ventilado. La habitación donde pensaban meternos... inimaginable. Una cosa minúscula y no digo poco limpia. Mejor decir sucia. El suelo del baño pegajoso como en un bar de madrugada. Nos cambiaron de cuarto. Si no, nos hubiéramos ido. En positivo los camareros. (Los mismos de madrugada que en el desayuno). Asi que bien por los camareos extranjeros. Los españoles se esforzaban por no hablar español. En fin..."

"Una casa rural en medio de un pueblo de montaña, con todas las comodidades, una buena cocina y una construcción llena de elementos de campo que la convierten en un museo. El trato del dueño es excelente y profesional. Los sábados por la noche hay música en directo. El restaurante ofrece típica comida catalana, bien cocinada y bien condimentada. Se puede llegar hasta el lugar, que está en medio de un pueblo, sin dificultades. El entorno tiene almazaras de aceite, cuevas y otros encantos que hay que descubrir,.El servicio es atento y rápido. Una gran elección, sin duda."