Paraíso Trece Calle Paraíso, 13, 47003 Valladolid

"Pues la verdad que entramos a desayunar porque el bar al que vamos siempre estaba cerrado y salimos encantadas. El café muy bueno con su zumito y bollería. Las chicas muy majas y simpáticas nos atendieron estupendamente. Sin duda volveremos"

"Domingo día 12 de noviembre estuvimos en este Bar,creo que pedí tres veces que nos atendiera.El camarero era un chico de unos 30 años. Delgado y ralla al lado peinado.En lugar de servirnos y acabar con nosotras dos se perdía,ya q atendía a otras personas en lugar de acabar con nosotras.No obstante le tuve q recordar dos veces q nos faltaba la cerveza y el pincho de tortilla.El camarero empezó a chillar y a decirnos q si no nos gustaba el servicio q no volviésemos de muy malas maneras ,No hubo manera de hacerle entender que sus modales eran inapropiados. Nos dijo que ya sabíamos lo q teníamos que hacer.No saliamos de nuestro asombro..He trabajado 21años cara al publico y ahora en sanidad y jamas aun q me haya encontrado personas maleducadas me he puesto a la altura...Por supuesto no lo recomendamos"

"Llevo varios días acudiendo a esta cafetería ya q esta cerca del clínico y tengo un familiar ingresado, y el trato es muy bueno, tanto el chico como la chica q me han atendido son encantadores, siempre con una sonrisa y rápidos! No soy de poner reseñas pero creo q cuando se merecen hay q hacerlo!"

"Entramos en el bar y estaba vacío literal 4 personas , nos sentamos en una mesa y la camarera ha pasado delante de nosotros 3 veces para recoger mesas y no nos quiso atender. No hay ningún cartel en el que se indique que no atienden en mesa . No volveré nunca"

"Nunca había entrado pero necesitaba tomarme un café así que quise probar pero tengo dudas de si volveré a entrar. No es muy acogedor y cuando entre estaba toda la barra llena de vajilla sucia, es más, durante la media hora que estuve el camarero no fue capaz de recoger nada. No había más que tres mesas ocupadas con apenas 6 personas en total pero el chico no daba para más o no le apetecía trabajar. Además de que tenían la puerta abierta y el chorro de aire de la calle, que estamos en pleno febrero, nos daba de frente ya que las mesas están dispuestas en la misma línea. Los baños llenos de papel, que si fueran de vez en cuando a revisarlos lo normal es mantenerlo limpio para el resto de la clientela. Un poco desastre, la verdad."