Farmacia

"La peor farmacia de la zona, persona impertinente que te hace perder el tiempo, o no tiene de nada o te hace un interrogatorio de vergüenza...."

"Tardas menos en hacer el camino de Santiago que en que te atiendan en esta farmacia, lentas e impertinentes"

"No me gusta nada ir a esta farmacia. Ni a mí ni a la mayoría de la gente del pueblo. Tardan muchísimo,pero muchiiisimo en atender,y tardan mucho,muchísimo mientras te atienden ,siempre hay algún problema con los medicamentos,casi nunca tienen lo que necesitas y lo tiene que pedir,hasta incluso me querían vender un paracetamol para los niños que caducaba en agosto del mismo año cuando caducan a los dos años ,esto lo escribo a finales de mayo. Se van a la trastienda con tu tarjeta,imagino al ordenador y tardan siglos en volver ,hay dos personas pero una es como si no existiera ya que todo tiene que pasar por la otra que imagino que es la dueña ,como si no pudiese ni respirar sin su permiso ,es horrososo,así que intento no ir. Y cuando tengo que ir por fuerza mayor siempre acabo arrepintiendome,entre otras cosas,porque casi siempre tengo que ir a Salamanca a por lo que necesito. Tiempo,paciencia y energía perdidos."

"Esta señora se cree la dueña del cotarro. Te hace un montón de preguntas impertinentes. Da igual si vas a comprar la píldora, unas dormidinas o un analgésico. El tiempo de espera, por lo tanto, es largo. Si mandas a tu hijo-mayor de edad- a por ibuprofeno, le pide tu teléfono y te llama (lo cual me parece patético). Vamos, que si estás en la cama con jaqueca, te la aumenta. Debería dispensar medicina y no ser tan pesada e indiscreta. Es insufrible. Y para terminar yendo a Salamanca porque al final no te vende nada."

"La licenciada Señorita Rottenmeier, es una doctora frustrada. Más te vale llevar receta, aunque sea para Juanolas. Aún así, prepárate para el cuestionario de salud, prepárate para darle todo tipo de información, que por tema de privacidad carece del derecho a exigirte, pero que se cree con autoridad para hacerte el tercer grado. Con tanto interrogatorio, las colas fuera, son interminables. Viajo muchísimo y es la única Farmacia en la que me he sentido intimidada y violenta, por el trato recibido. Quiero aclarar que sólo iba a por unos analgésicos, que compro habitualmente por donde viajo. Esta señora se negó a dispensarmelos, ofreciéndome otros a los que soy alérgica. Por tanto salí sin ellos, con más dolor de cabeza y mucho mal humor. Afortunadamente ,o se conserva muy mal, o si no me equivoco, se jubilará pronto."