Fuente Aceña Hotel Boutique Calle Molino, S/N, 47350 Quintanilla de Onésimo, Valladolid

"Nos alojamos en este hotel una noche. La habitación acogedora, minimalista en el estilo, pero con algunas faltas, como la ausencia de enchufes al lado de la cama. También cenamos en el hotel y por cuanto la comida no estaba mala, faltaba de cantidad, sal y gracia. Elegimos las vainas con huevo poché (ningún elogio y pobres de sal, todos elementos puestos uno encima de otro sin más), la carbonara de calamar fue el único plato un poco original, pero el lomo alto era escaso con mucho nervio y un corte tan delgado que parecía más bien una tapa que un plato principal. Lo que más nos ha molestado en toda la cena ha sido la poca higiene del camarero de más edad, que dejaba un olor a sudor muy fuerte cada vez que se acercaba que no dejaba disfrutar de nada. Algo que no debería ocurrir en ningún restaurante y menos en un sitio con este precio."

"Voy a hablar del restaurante. Comida increíble, tomamos: salteado de vainas, lasaña de morcilla, focaccia de costilla y los paccheri. De postre, para culminar, torrija. Todo acompañado de una botella de vino recomendada por el metre (un crack). Salimos a 60€/cabeza (2pax). Nunca olvidaré ese salteado de vainas."

"Demasiado caro para lo que te sirven. El agua km 0 (vamos, del grifo) a 2€ lo mismo que un bollito de pan que no supera los 30gr. La carne sin sabor, la ensalada sin aliñar ( entiendo que el aceite está caro, pero por el precio que cobran...) Lo siento pero no volveré ni lo recomiendo"

"Las habitaciones requieren una remuneración. Son frías sin nada de decoración similares a las de un internado. Las de la planta baja se abren a un pasillo terraza público con lo cual hay que tener cerradas las cortinas para tener intimidad. Si no haces así cualquiera que pase por allí puede verte . Me recordaron a las de los antiguos internados."

"Precioso hotel, con un restaurante y servicio inmejorable. El hotel perfecto para una estancia con mucho encanto y aprovechar para hacer actividades por la zona. Tiene el Duero a los pies y eso ofrece unas vistas increíble y un ambiente para relajarse como pocos. El restaurante espectacular. A destacar la lasaña de morcilla, la focaccia de costilla, el cochinillo, la ensalada de tomates… TODO!!!! Gran selección de vinos también. Todos los camareros muy experimentados y amables. Solo pensamos en volver. Gracias!!!!"