Hotel Posada La Trebede 39573 Cabezón de Liébana, Cantabria

"Quisimos hacer reserva por teléfono el 7 de diciembre por la mañana y no nos cogieron el teléfono de las 3 llamadas que hicimos. Optamos por reservar online y nos salió la opción de hacerlo a través de Expedia. Pagamos. Por la tarde, de camino, llamamos para confirmar y nos contestaron, pero con dos noticias: está cerrado y no trabajamos con Expedia desde hace 2 años. Patético que ni siquiera se tome su tiempo para darse de baja de una plataforma en la que sigue apareciendo una propiedad. Estuvimos "chateando" con Expedia para el reembolso, y ahí seguimos. No me parece serio por parte del propietario...."

"Como estropear un finde con la familia, que va de Remember?. Si os dejáis llevar por la información publicitaría, caeréis en el "ERROR FATAL”....no tiene nada que ver con el estado actual. La casona es muy bonita pero ha cambiado de manos, ahora lo lleva Pablo, el solo, no vimos a nadie más en la casa . Nada mas llegar, a la derecha de la casa, nos encontramos en un entorno abandonado, las plantas quemadas, el suelo lleno de hojas y polvo, sucio. Las mesas exteriores, que en su día fueron “cuquis”, metálicas, con falta de todo. Las mismas, tenían encima unos manteles que dejaban mucho que desear, grasientos y llenos del polvo del camino. También nos encontramos, a un palmo, restos de las necesidades de un perro y un montón de ropa sucia, tirada en unas escaleras externas, que dan a la parte superior de la casa. El interior de la casa, en apariencia “normal”, enseguida te das cuenta que la limpieza en insuficiente, en toda la casa. No quiero describir lo que vi en la cocina, donde prepara Pablo, esos desayunos que hace. Los colchones, antiguos ( no quise investigar), tienen música propia, pero muy heavy. Lo definitivo fué, que nos puso un WAhAtsApp a las 6 de la mañana, del día siguiente, para avisarnos, que no podía hacer el desayuno, porque no se encontraba bien (incluye desayuno en el precio y limpieza de habitaciones). Intentamos arreglar la cafetera, como no fué posible (y yo lo agradecì, por la limpieza, de la que carecía) nos fuimos a Potes a desayunar. Cuando volvimos a la Posada, llamamos a Pablo, para comunicarle que anulábamos la segunda noche. Le dejamos el dinero en la entrada, no quería Bizum, no se vino a despedir. Fuimos educados y civilizados, con el, aunque vende humo. Nosotros, antiguamente, alquilábamos la casa todo el año. Un grupo de gente amantes de Liebana. Fuimos a recordar.... La casa tiene buenas vistas. Es fácil saber, como le va a Pablo. No he querido añadir fotos."

"Hotel muy rústico, con encanto, situado en la montaña. El recepcionista, Pablo, muy amable, muy buen trato. Nos encantó el desayuno. Las instalaciones están algo desgastadas y echamos en falta un restaurante para no tener que desplazarse a comer o cenar. Por otro lado eso nos hizo descubrir algun restaurante fantástico por la zona."

"Gente de poco fiar. A primeros de año les llamo para reservar dos noches en su hotel para 29 y 30 de junio. Me pregunta si es una reserva de un cofre. Le contesto que si. Me dice que para esas fechas no habrá problema pero que aún no tiene abiertas las reservas. Que le llame a primeros de abril. Que en ese momento no puede hacerme la reserva. Llamo hoy día 3/04 y me dice que no tiene ninguna habitación libre y que lo tiene abierto desde hace mas de una semana y que para los cofres no tiene mas que una habitación y la tiene reservada desde hace tiempo. Nos ha dejado sin vacaciones."

"Lugar idóneo para gente que busca paz y la tranquilidad más absoluta. La casa es de estilo rústico y las habitaciones son acogedoras y espaciosas. Las vistas desde la ventana de la habitación, espectaculares. Los desayunos que se ofrecen son variados, contundentes y sabrosos. Por otro lado, las paredes no están insonorizadas y se oyen todos los ruidos de las habitaciones contiguas, y además la posada está situada en cuesta, y para acceder a ella, tanto en el exterior como en el interior, hay muchas escaleras, y en nuestro caso particular, íbamos con una persona de movilidad reducida que necesitaba muletas y además con un perrito anciano , al que teníamos que bajar en brazos, por lo que no nos resultó nada cómodo el acceso ."