Luis Juárez Castillo Calle Francisco Moraga, 2, 41008 Sevilla

"Terapeuta mediocre con una técnica lenta, cara y nada efectiva. Más que ayudar, ha empeorado mi situación y a pesar de haberme mostrado dispuesta al diálogo para que ambos aprendamos, me ha bloqueado y se niega a entregarme la factura por las sesiones. Estoy pensando seriamente en denunciarlo por mala praxis."

"Tener a Luis como acompañante ,guía y espejo, en este proceso de indagación en mí, ha sido un placer. Atento, respetuoso, sabiendo en cada momento "escuchar" mi experiencia, mi sentir,...y proponiendo vías de indagación y conexión en las que no sólo la palabra, sino el silencio y el lenguaje y uso del cuerpo se hacían aliados para sostener y profundizar. Me siento muy agradecida"

"Estoy muy agradecida a Luis por acompañarme en un momento difícil. Hacer terapia con él ha sido un regalo, cada día me doy cuenta de lo que he crecido y de las cosas que he superado, aunque a veces dolía. Un gran profesional. Gracias siempre."

"Transitaba por una época de búsqueda y encontré a Luis. Pasado un corto tiempo, escribí: “Paredes, pasillos, puertas cerradas ¿Dónde estás? Pasillos, paredes, puertas, Una abierta” Me sentía libre, me desnudé de cuerpo y alma y Luis me acogió con entrega y amor. Cada día su profesionalidad de materializaba en mi persona y yo iba desprendiéndome de los lastres acumulados. Sus sesiones me hicieron expresar la palabra, el llanto, el movimiento, la risa, el juego. Mi cuerpo se restablecía, y con él mi alma. Mi energía aumentó, rejuvenecí y me encontré sorprendida, en un espacio nuevo de equilibrio y salud. Gracias maestro por poner tu sabiduría a mi alcance, gracias por tanto que recibí de ti."

"Es un lugar de altos techos, pues está preparado para el crecimiento mutuo y en continuo proceso de retroalimentación. Un espacio donde mirarse de frente y con suerte descansar, considerando cada una de las piezas que nos conforman. Una sala musical donde a veces, incluso, vibran los armónicos y tocan y transforman el corazón que trasciende las dimensiones de paredes y altos techos y llegan al mundo de lo cotidiano, sintiéndote siempre bien acompañada pues sales de la sala bien sostenida, bien abrazada... Gracias, Luis"