Restaurante El Sitio Calle Miguel de Unamuno, 11, 38770 Tazacorte, Santa Cruz de Tenerife

"Vaya por delante que aunque la comida fuera mala (que no es el caso), La Hacienda y por tanto su restaurante El Sitio merecen una visita, un edificio con una decoración maravillosa, reuniendo obras de arte, gusto por los cuatro costados y una situación y tranquilidad inigualables. A lo que vamos, el restaurante se encuentra en la primera planta para que puedas ir descubriendo por tus propios ojos la belleza del edificio, los adornos, cuadros, tapices, para redondear con la decoración y la espectacular vajilla del comedor. Una atención muy cordial y profesional para una carta cortita pero apetecible. Elegimos compartir los tres el pulpo en tempura negra (simulando la tierra volcánica), original plato, pero siendo sinceros muy escaso ya que eran 5 trocitos nada más. Los segundos ya más entonados en cuanto a cantidad, solomillo de vaca jugoso y tierno, pularda asada sobre arroz trufado perfecto de punto y bacalao en texturas suave y sabroso. Los tres postres de la casa fueron saboreados para endulzar la despedida de la isla, cada uno con su sabor particular y muy bien ejecutados, tarta de chocolate y avellana, tarta de queso con crumble y una creme brulee. Repito el inicio, la carta y la comida resultan algo cortas en comparación con el lugar, pero todo en conjunto hacen de la experiencia algo necesariamente a repetir, iría nuevamente a La Palma sólo por volver a La Hacienda."

"Fuimos a cenar y la experiencia es para repetir, el trato excelente, buenas recomendaciones de los platos, todos ellos deliciosos, bien presentados muy bien tratados, solo puedo decir que es para repetir!!!!!"

"El pulpo nos ha parecido delicioso y con presentación original. Lubina en su punto, suave y con una salsa original que la acompaña muy bien. Tarta de queso con pistacho, mmmm, ligera, interesante, imprescindible. Servicio impecable. Y el entorno supera cualquier expectativa. El jardín botánico del hotel que alberga el restaurante merece muchas horas de disfrute. Los pasillos y habitaciones son al tiempo un museo exquisito y disfrutables."

"El lugar es increíble, una Hacienda de estilo colonial perfectamente conservada con obras de arte y un jardín interior precioso. La cocina muy bien, tiene una carta breve pero variada y una buena selección de vinos. Gran atención del personal. La relación calidad-precio precio adecuada para un establecimiento con un Sol de Repsol y cocina elaborada con materias primas de primera calidad. Probablemente el mejor restaurante de La Palma."

"A nivel de cocina fue una pasada, seguramente en el top1 o top2 de los sitios en los que fuimos a comer durante un viaje por las islas de Lanzarote y La Palma. Comimos en la terraza, que está enfocado más a las tapas con recetas algo menos "elaboradas" pero de grandísima calidad del producto, con una cuidada presentación y con un toque de innovación sobre alimentos "tradicionales" que los transforma en maravilla: la ensaladilla, el bocata, las albondigas al curry... Todo de 10 (también el barraquito, por supuesto). Una pena que no se lleve las 5 estrellas por el servicio. Cuando llegamos parecía que todo iba a ir como la seda, como corresponde a este tipo de locales y a los precios que cobran y ya que la primera camarera que nos atendió fue amabilísima. No obstante tardaron casi media hora en sacar la ensaladilla (plato frío) y tras tener que reclamarla a otra camarera (con gafas), que encima pareció ofenderse por mi solicitud, pues ni me respondió y empezó a poner cara de circunstancias, como si la estuviéramos metiendo mucha presión (solo había otra mesa ocupada en la terraza...). El resto de platos salió más o menos rápido tras el toque de atención (aunque básicamente nos los tiró sobre la mesa como si fuéramos patos), pero para el postre tuve que levantarme y entrar dentro del restaurante para que me volvieran a atender. Desde fuera se oía a la encargada "regañando" a las camareras para que fueran más eficientes y se aplicaran, lo que no deja de ser una paradoja teniendo en cuenta que tenían clientes pendientes de ser atendidos y que era la propia encargada la que en ese momento estaba ralentizando el ritmo de trabajo. Creo que hay otros momentos para reconvenir a los empleados y no en medio de un turno. En resumen: la comida estuvo tan buena (o nosotros tan hambrientos) que aprueban a pesar del servicio."