Supermercados El Jamón

"El supermercado El Jamón de Los Boliches es el centro neurálgico de Los Boliches. Hay más gente que en la guerra. De los supermercados con mayor afluencia de la zona. Tienen buenos productos a buen precio, pero donde más destacan es en su carnicería de gran variedad y calidad. Además siempre hay personal por el supermercado y no dejan ninguna zona abandonada para atender a la clientela. El único inconveniente es que este supermercado es pequeño, si además le añades que siempre tiene gente a cualquier hora y cualquier día del año y los pasillos son estrechos, se vuelve una odisea poder pasar y comprar. Vas comprando y esquivando gente a la par."

"Vengo a comprar unos pañales, precio 11,75€, llegamos a caja y nos dice la cajera que el precio es de 16,95€. Lo reclamamos y nos dicen que el precio es 16,95€ y que si no los queremos que los dejemos en caja. Así es como se estafa a la gente. Llevaba dos compras en este supermercado y no volverá a pasar. Recomiendo comprar en cualquier otro de la zona, hay supercor y mercadona a unos metros. Estafadores de manual."

"Buenas soy una clienta de todo el año que voy a diario y he de decir que esta última semana es inhumano con las temperaturas que tenemos que trabajen sin aire acondicionado para los trabajadores y los clientes. Creo que es algo primordial y debería estar ya solucionado ,"

"No consigue alcanzar las cotas prepandemia, y continúa caro, con muy similares precios al Supercor próximo, aunque es algo más económico. Los pasillos angostos y las colas en las cajas, le perjudican y parece sobresaturado por poco público que haya. Productos de calidad más bien mediocre, no destaca en nada, aceptable variedad. Persiste en su mala imagen exterior. Lo mejor, el personal, atento y amigable."

"La cara y la cruz de la moneda en un mismo establecimiento. Llegamos a una de las cajas a preguntar por un producto y la cajera contesta en un tono poco agradable, "espere, señora". Vale hasta ahí entendible, la criatura está estresada. Cuando se dispone a atender, me atrevo a lanzarle la pregunta: "por favor, los cafés fríos dónde están?". Y es entonces cuando se cubre de gloria respondiendo "en la nevera, señora". Ahí inhlalo, exhalo y recuerdo que estoy de vacaciones, circunstancia que impide que le responda, "pues fíjese que yo los hacía en el horno de su prima". Me limito a decir, "gracias ". Una señora presencia la escena, se apiada de mí y me dice, "yo le indico donde están". Al llegar a la nevera donde están los cafés me encuentro una profesional que incluso me recomienda los que ella ha probado,los que tienen más o menos cafeína, etc. Una maravilla de chica, lo que demuestra que hay personas que valen mucho y otras, que sencillamente sobran en puestos de cara al público. Un mismo establecimiento con una diferencia radical de atención. Como la vida misma."